Ya veremos…

1 octubre, 2012

Isabel I de Castilla y los comportamientos aprendidos.

Hay cosas que sin duda se heredan. Más que de la huella genética, se heredan de la huella que la experiencia común, la convivencia, la educación del día a día deja en uno.

 

Recientemente TVE ha comenzado a emitir una serie histórica sobre Isabel de Castilla, la del “tanto monta monta tanto..”, la Católica, por gracia del papa Alejandro VI. La verdad es que al ver el título creí que se trataba de otra Isabel, la inglesa, pero cuando asomaron en pantalla aquellos paisajes castellanos tan familiares…

El caso es que vi un capítulo y en lo primero que pensé fue en refrescar conocimientos, más que nada para poder medio cerrar un ojo así con aire escéptico y comprobar si la serie s fiel a los hechos y datos históricos básicos (no digo ya matices más novelescos, sobre el carácter de los personajes o sus motivaciones… pero al menos fechas, nombres y acontecimientos), o si era otra pifia como Toledo.

 

Así que me fui a la biblioteca a por un libro sobre Isabel de Castilla. Novela, yo prefiero las novelas históricas. A ser posible bien documentadas, pero que estén mínimamente noveladas.

Y hablando con mi madre por teléfono… ¿qué me contó que hizo ella? Ir corriendo a la estantería (una de las mil estanterías que hay en casa de mis padres) a la búsqueda del tomo de la enciclopedia de Historia de España correspondiente, para ponerse al día sobre el hilo de los acontecimientos y los líos dinásticos de la época.

Esta coincidencia en el comportamiento derivado de ver una serie de televisión tiene que ser, necesariamente, cosa de la herencia.

 

Algo habrá influido mi madre en mis manías. Al fin y al cabo no todos los hogares tenían una enciclopedia de historia y, lo más importante, hacían uso de ella de vez en cuando por pura curiosidad (conozco gente que compraba enciclopedias y colecciones estupendas para que decoraran el salón, pero así no cuenta).

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Conclusión: por de pronto parece que la serie Isabel pasa con nota. Dicen que hay algunos errores en las recreaciones informáticas de escenarios y cosas así, pero bueno, nada grave, y al fin y al cabo tampoco es lo más esencial del conjunto. Con esta sí vale eso de “y de paso aprendemos historia”.

 

P.D.: ahora que a base de collejas conseguí que el peque memorizara «1492-Descubrimiento de América-Toma de Granada-Expulsión de los judíos» y de que fichas de repaso mediante, y tardes de contarnos mutuamente la historia como si de una peli se tratara, le dieran por fin un fondo de conocimientos históricos decente adecuado a su curso académico (desde la división de Roma hasta Felipe II), resulta que este año el libro de Historia y Geografía sólo tiene Geografía… Cuando pase al curso siguiente el próximo año y retomen con la historia camino de la revolución francesa y las grandes guerras del siglo XX, me temo que la edad media, la moderna y demás cosas aprendidas habrán pasado por completo al olvido.

3 septiembre, 2012

Vuelve septiembre

Filed under: Cosas del dia a dia,Yo, mi, me, conmigo — Chus @ 9:05

Vuelve septiembre. Y con él comienza un año nuevo, porque a nosotros, que hemos sido educados en la cadencia septiembre-junio y tres meses de pausa absoluta interespacial para las vacaciones, el año siempre tendrá cierto olor a nuevo en septiembre.

Vuelven los anuncios de cosas raras coleccionables, los libros nuevos para forrar (que al precio que están, ganas dá de pedirle al niño que repita curso) y las nuevas temporadas de las teleseries… aunque algunas de las mías parece que van con retraso (Anatomia de Grey empieza el 27 de septiembre en EEUU, Bones hasta octubre-noviembre nada, Cuéntame va con retraso y no saldrá en pantalla hasta el 2013, aunque al menos prometen que será más cómica, para compensar tanto llanto de la última -se agradece, oigan-…). También creo que vuelve la liga… yo es que no veo futbol, veré mejor los documentales de los secretos del universo, de Morgan Freeman. 

También, tal como me recuerda el frío de mis pies a primera hora de la mañana, vuelve el fresquito. ¡Hacía meses que no sentía frío! De momento lo disfruto, encantada de esta leve incomodidad. Por fin podemos soñar en quitarnos ese ardor pegajoso y somnoliento que se nos adhirió un buen día a los huesos y la piel en forma de “ola de calor” y que tanto ha durado.

En este mes de septiembre, pasan más cosas, unas más interesantes que otras. Aunque a la mayoría se le haya olvidado, resulta que seguimos de olimpiadas (nuestros paralimpicos llevan 18 medallas a fecha de ayer, de un total de 500 que hay en juego –en las olimpiadas “normales” nos llevamos al final 17 de 962, así que la paraestadística es estupenda–); La prima sigue subiendo y bajando a lo loco, mientras los políticos sueltan gilipolleces como lo de “la roja coja”, afinando su sentido de la sensibilidad y la oportunidad, a ver si algún día consiguen la burrada perfecta y por fin alguien rompe el tabú de la civilización y le pega fuego al bocazas de turno; A Urdangarín le salen trapos sucios desde debajo de la lavadora, y en general… todo sigue como estaba, mientras unos asaltan supermercados y otros hacen cola en servicios sociales.

No sé vosotros… yo preveo un septiembre de motores al run run, in crescendo, hacia un otoño que me temo que va a ser calentito. Y esta vez no me refiero al clima.

Yo no sé si vuelvo… No es que me falten ganas, ni tiempo, pero ya sabéis cómo es esto de la inspiración.

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12 May, 2012

El espejismo de la normalidad

Filed under: Grandes frases,Yo, mi, me, conmigo — Chus @ 22:08
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Ser «normal», no destacar como una estridencia en lo cotidiano, tener lo mismo que el resto tiene, ser feliz como lo son (lo parecen) los demás. Construir con el esfuerzo normal una vida normal, una familia normal, un sosiego normal… Vacaciones estandar, privilegios comunes, cine con palomitas, noches de teleseries, conexión a internet, tarjeta de crédito, nevera bien provista y jornada laboral al uso. Lo normal. Amigos mejores y peores, algún gran amor, sueños a medio cumplir, ¿una alianza?, tal vez hijos, un futuro, un pasado… un presente normal.

¿Quién no se ha sentido alguna vez en disonancia y ha soñado con «ser normal»?

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Huir de lo normal. Destacar, sobresalir, soñar más allá de lo que el resto sueñan. Desprenderse de la monótona igualdad de la masa común, no ser un número, no ser nadie entre todos. Brillar, chirriar, romper por un instante el molde, provocar un cambio, pactar con el diablo, ver el rostro de Dios… Escribir un libro, plantar un árbol, volar sin red…

¿Quién no ha deseado alguna vez con todas las fuerzas de su alma «no ser normal»?

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«normal es sólo un ciclo de la lavadora»

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Gran frase de Ashley Judd  a Patrick Dempsey en «Atraco por duplicado» .

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17 junio, 2011

En este mayo en que ni rimas creo…

«… Puerta del Sol, primavera,
respirar es combatir,
dar la cara bendecir
un porvenir sin banderas
ni chorizos sin fronteras.
Levantarse es descubrir
la locura de vivir
contra los cuerdos de atar:
si no nos dejáis soñar
no os dejaremos dormir …»

Sabina

Y ahora, ya sin la premura de tener que dedicarme a estudiar valenciano para cumplir en la fecha del examen, ni la necesidad de ver signar para desoxidar la vista y las manos… Ahora ya, sin objetivos inmediatos que entretengan mis horas vacías, que no sé bien si más que objetivos no fueron excusas: ¿qué hago? Ya, buscar trabajo. Pero ese objetivo me resulta cada vez menos apetente, tan abstracto él, tan estéril… Cada vez tengo más ganas de dormir (metafóricamente, que no me cuesta saltar de la cama cada mañana. Me cuesta despertarme a la realidad).

Quizás por eso me entusiasma el 15M. Tal vez porque envidio la energia que le falta a mi anquilosamiento y quisiera yo también reventar esta atonía con una marea de movimiento. Hacia donde sea, hacia alguna parte. Romper la inercia de este deslizar en caída, de este dejar fluir el tiempo…

Siempre he sido más piedra que viento.

Así que me muevo sin moverme, aquí enterrada en mi misma, tendiendo los ojos más allá de mis paredes a través de la ventana abierta de una red inabarcable de datos. Hoy es viernes, el lunes ya veremos.

Hoy aquí me quedo, tanteando los versos de este coraje de las calles. Por no hablar del 36% de subida de sueldo de los banqueros, o de la posibilidad de que en este país democrático haya policías infiltrados entre los manifestantes con la misión dar inicio de la violencia. De que el PSOE y compinches rechacen grabar las grandes fortunas y hacer públicos los nombres de nuestros millonarios desfalcadores, y rechacen la dación en pago mientras las familias acaban en la calle (y digo yo: ¿no había que proteger a la familia? ¿o es que protegerla sólo consiste en evitar los matrimonios gays?). Por no hablar de los recortes aceptados en democráticas votaciones de los parlamentarios, parlamentarios que no ofrecían esos recortes en sus programas a la hora de ser elegidos y no hablar de tantos temas de los que ya hablan otros (no dejéis de escuchar este audio del programa “Asuntos Propios”, no tiene desperdicio).

En fin… por no hablar de tantas cosas, me quedo con los versos, que hablan de lo mismo pero en otra lengua. Iba a decir en otra lengua más amable… pero siendo versos uno no puede fiarse, a veces las rimas las carga el diablo. Por algo toda guerra ha tenido sus poetas, y  es que, como dice Celaya, “la poesia es un arma cargada de futuro”

«… Tal es mi poesía: poesía-herramienta
a la vez que latido de lo unánime y ciego.
Tal es, arma cargada de futuro expansivo
con que te apunto al pecho….»

Un poema nada nuevo, como el de «España en marcha», ambos rescatados en las acampadas. Así vuelve a la calle la voz de uno de los testigos de nuestra historia, que no nos sobran poetas centenarios. ¡Me encanta! (me encanta que el 15M retome y reinvindique a nuestros poetas)

«… ¡A la calle!, que ya es hora
de pasearnos a cuerpo
y mostrar que, pues vivimos, anunciamos algo nuevo.»

Pero además de reciclar los versos viejos y reutilizarlos para nuevas ansias, muy primas hermanas de las que les dieron origen, para esta guerra sin balas (y esperemos que sin hostias, salvo las de la misa para quien quiera comulgar), ya han versado unos cuantos autores estrofas nuevas, de primera mano.

Como ejemplo abrí la entrada con un fragmento de Sabina, que aunque indignó a los indignados ofreciéndose a llevarles cerveza fría, como si de botellón se tratase (pobre, seguro que no lo decía con esa intención), ya ha cantado al movimiento en un par de esas columnas que escribe para Público en su sección “El Grito en el Suelo”.

Pero hay más, la mayoría anónimos. No sé si la cosa al final tendrá poetas oficiales, si acabará aprendiéndose de memoria algún día “la generación del 15M” como los pre-logse aprendíamos la del 98 o la del 27. Lo dudo. Pero ahí van algunas pinceladas:

En la web Poetas del 15 de Mayo podéis leer poemas enviados por mucha gente, ordenados por orden alfabético. Hay para todos los gustos y estilos. Como son muchos, yo estuve leyendo los que tienen firma femenina. Ea. Lo mejor de todo es que muchos incluyen la dirección de un blog donde, si os gustó lo que leisteis, podéis seguir al autor.

Y por escoger alguno de la lista, cierro con este, de Verónica Aranda, a quien no conozco de nada aunque haya publicado varios libros. Si apenas conozco a Celaya, que lleva 100 años en estas lides… como para conocer la carne fresca del mercado.

SONETO 15 M

Casi cinco millones de parados,
ingenieros buscando en la basura,
mileuristas huyendo de la usura,
hambre, tedio, hipotecas, embargados.

Un tropel de mendigos ilustrados,
becarios con cuarenta, la futura
incertidumbre, emigración, locura:
sin pensión, sin vivienda y explotados.

En la puerta del Sol el pueblo acampa,
cuando la indignación hace la fuerza
y gobierna el corrupto y el banquero.

Por una democracia real, sin trampa,
por que los ideales no se tuerzan
y cese la injusticia, el aguacero.

9 enero, 2011

Viejos viejos tiempos…

Filed under: Y digo yo...,Yo, mi, me, conmigo — Chus @ 17:40
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Tal dia como ayer, en 1935, nació Elvis Aaron Presley con el objetivo vital de decorar mis carpetas adolescentes.

Aquella carpeta probablemente haya sido una de las pocas cosas en las que me haya molestado en dedicar tiempo para volcar parte de mi. Nunca fui especialmente dada a las decoraciones, pero era la etapa, según he oído hace poco en un documental, de mayor potencial y creatividad. En esos años todo está por venir, las cosas más improbables pueden ser la realidad inmediata y todo es posible. Incluso que yo decore una carpeta.

Mi carpeta incluía varias fotos de James Dean y de Elvis Presley, algún poema minimalista de construcción propia (nada de copia-pegas en verso ni becqueres trillados), y un par de comentarios que tenía en especial estima porque habían sido escritos por amigos, alguno tan ebrio que jamás conseguimos descifrar del todo qué decía. En la solapa interior guardaba mis secretos un dragón (¡viva la Dragonlance!). Y sus otros dos tesoros era un dibujo de un eakwook a página completa, no porque me interesara especialmente el bicho en si, si no porque fue una cosa a medias con mi hermano Raúl, y La Senda del Tiempo, que ocupaba dos páginas enteras entre la canción y el dibujo de la portada de los Celtas Cortos (la del celta a caballo), canción que siempre siempre me suena a Cantarranas y me evoca mil melancolías.

Y mi Elvis. Su rostro dibujado en tinta en blanco y negro a partir de una foto del libro de inglés. Qué bien me salieron todos los dibujos en aquella carpeta…

Era una época de potencialidades. Dibujaba, pintaba, escribía, inventaba canciones a la guitarra, viajaba, soñaba, bebía tequila y Jack Daniels, bailaba rock and roll y estaba segura de que algún día, sin saber bien cómo, tendría mi futuro, mi profesión deslumbrante, y mi vida hecha. Luego un dia te miras al espejo y descubres que sin que te dieras cuenta la vida pasó y estás a punto de entrar en tierra de nadie, flanqueando menopausias ya no tan lejanas, y que no tienes nada de todo aquello que imaginaste entre las manos.

Salvo el amor. Pero eso vino de extra y por sorpresa, era demasiado mia para ser demasiado romántica. Todo lo demás… ¿dónde quedó?

 

13 noviembre, 2010

Sábado noche

Filed under: Fantareales cuentosias,Yo, mi, me, conmigo — Chus @ 23:09
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Sabado noche,
danza faltal,
mi canto será
un loco derroche
que rompe,
que rasga,
y no sabe callar;
¡miradme bailar!
La música llega
en la luz de una estrella.
Soy agua salada.
Tu voz es el ritmo
que me hará danzar
el baile maldito
con sabor de sal.
«¡Que llora, que llora!
¡Mirad cómo llora!»
¡Miradme bailar!

 

 

No añoro la sensación de tristeza y soledad en mitad de la gente, la rabia contenida sin causa aparente, el vacío… ¡¡Pero qué apasionados somos en nuestras dramáticas adolescencias!! 

 

12 noviembre, 2010

Para dejarse llevar…

Filed under: Yo, mi, me, conmigo — Chus @ 21:09
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Como comentaba con Marga en la entrada anterior, estoy sedienta de pequeñas cosas que me hagan soñar, oportunidades para desde esta silla dejarme llevar y disfrutar. Por eso me entretengo picoteando la lista de «nuevas entradas» que ofrece wordpress, a la caza de corrientes que me arrastren a otros mares donde, tal vez, encuentre paisajes que me fascinen, voces que me conmuevan, guiños que me rocen de buen humor…

Reconozco que he rechazado en mi recogida algún que otro blog que parecía prometedor, pero que me ofrecía más de lo que yo ya tengo de sobra: crisis, indignación, problemas, preocupación… Que también me gusta la crítica de la actualidad, y escandalizarme o cachondearme de la burrada de turno… pero ya me apaño yo para sacarle punta a las noticias del dia, y nunca falta la ayuda de Beatriz Montañez desde el Intermedio (me encanta su sección). Otros encontré de poesía, o de viajes, o de ciencias… unos los guardé, y otros no porque en ese momento no era eso lo que me apetecía.

Así que voy a proponeros un par de sitios que visitar, en los que últimamente me he entretenido bastante:

Si os gustan los «Microrrelatos, microcuentos, nanorrelatos…y otras cosas raras», podéis encontrar pequeñas joyitas en este blog:

http://despuesdematarme.wordpress.com/

Y en este otro, pequeños destellos de humor a base de fotos comentadas. Algunas son buenísimas. «¡Cuanta razón! era necesario plasmarlo en un cartel»

http://www.cuantarazon.com/

Ambos son blogs que actualizan varias veces al día, así que en cualquier momento que apetezca un descansito de la realidad… ahí tal vez encontraréis una sonrisa, o algo en qué pensar.

Tengo otros… tal vez para otro dia.

10 noviembre, 2010

Me iré lejos…

Filed under: Fantareales cuentosias,Yo, mi, me, conmigo — Chus @ 19:33
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Me iré lejos,

con el miedo en la maleta
                     y sin sueños,
            (ya no hay sueños).

               Me he dejado
las sonrisas en el puerto.

¡Tanta sal en la mirada!
¡Tantos duelos!…

       Las palabras…
                              y las manos…
                                                           ¡ se me han muerto!.

  

 

Llevo toda la tarde recordando este poemita, improvisado durante un viaje en tren hace ya unos cuantos años. A veces me da apuro sacar cosillas del baúl de los recuerdos porque todo tiene un qué se yo de nostalgia y tristeza… pero es que siempre fue mucho más insipiradora la melancolía y la tragedia que la felicidad, cuando de rimas se trata. A propósito: no estaba triste en aquel viaje, el poema salió así porque a veces los versos tienen vida propia.

 

3 May, 2010

Aquí, dándole vueltas…

Filed under: Yo, mi, me, conmigo — Chus @ 9:34
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La ¿Santa? Iglesia
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Esta vez quizá debería quitar las interrogaciones del título, porque no me acerco al blog con intención de atraer la mirada sobre ninguna de las meteduras de pata, declaraciones corrosivas, o actos humanamente discutibles, de moralidad dudosa o incluso delictivos, a los que la Santa y sus representantes nos tienen acostumbrados. Sólo quiero reflexionar sobre cosas sueltas que me vienen a la cabeza, y de paso reafirmar una vez más que, aunque sea tan crítica con la Iglesia, yo creer, lo que se dice creer en algo, a mi manera y modo, sí que creo, y que admiro a quienes tienen una fe firme y viven de acuerdo a ella (siempre que eso no implique machacar al de enfrente). De hecho pienso que son ellos quienes más autoridad y compromiso tienen para exigir a sus líderes e iglesias rectitud.
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Todo esto viene a cuento de dos temas.
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Por un lado, el haber tenido ultimamente ocasión de compartir conversaciones con varias personas de credos diferentes y distintos grados de fe, y ser testigo de situaciones curiosas y difíciles.
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Una amiga ha sufrido recientemente una crisis de fé, que le ha llevado a desesperarse, es decir, a perder las esperanzas, y que pone en zozobra un largo proceso y mucho trabajo acometido para sobrellevar problemas personales. Y es que cuando uno confía en su fé como báculo sobre el que sostenerse y de repente lo lanza lejos… se cae. Supongo que más cosas le habrán ocurrido que yo no sepa, y que esto habrá sido el final (o un punto en el camino) de mucho tiempo rumiando sus creencias y experiencias. Me apena ver a esta chica en pleno resbalar, necesitando desesperadamente creer en ese Dios que la sostiene y resbalando en un tobogán de dudas y vacíos.
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Es lo malo de creer en un dios que interviene en nuestras pequeñas cosas, que nos da y nos quita, capaz de evitar que nos atropellen si cruzamos a ciegas, premiarnos como a niños y vengarnos de quien nos pone la zancadilla. Un dios sobre el que dejar todas las responsabilidades, que anula nuestra propia capacidad de hacer las cosas, de luchar por nosotros mismos y obtener logros con nuestro esfuerzo. Yo en eso no creo, pero ella al parecer si, y en un «todo o nada» de repente se ve incapaz de aceptar una presencia irracional e injustificable que la reconforte sin más. No le basta un susurro de aliento en el corazón, necesita la seguridad incuestionable de que ese ser sujetará el timón de su vida y claro, no encuentra argumentos que le aseguren tal cosa.
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La fe, es lo que tiene: está o no está. No se puede explicar. Si necesitas demostrarla respondiendo preguntas sobre por qué dios permite terremotos como el de Haiti, o salva un niño en el hospital y no al de la cuna vecina… estás vendido. Para mi es mucho más sencillo: crees en lo que sea que crees, en ese algo… pero porque si, porque lo aprendiste de pequeño, porque te resulta confortante, sabiendo que no hay método científico ni argumento lógico y racional para demostrar que algo exista. Ni falta que te hace. La única manera que entiendo de vivir la espiritualidad y al tiempo ser racional, es no confrontando ambas facetas de uno mismo. Al fin y al cabo, si dios existe, nos ha dado el cerebro para usarlo. Y por supuesto, no atribuír a ningún dios la agotadora tarea de mover los hilos de todos los efectos naturales y cada uno de nuestros actos y decisiones. No creo que necesite un dios para vivir, pero tampoco me estorba. Y lo que sí creo, es que quien cree en algo, en lo que sea, tiene ahí una reserva de esperanza para evitar el vacío en los momentos duros. Incluso aunque sea sólo un efecto placebo, aunque sea pura sugestión… pienso que ayuda.
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En esto de las creencias, he conocido también una familia a la que su historia personal ha arrancado de sus origenes, en un país musulmán, y traido a nuestras tierras cristianas. Lejos de renunciar a su fe ni de aferrarse a ella en contraste con la del entorno, esta familia ha tomado una decisión particular, y ha tratado de incluir lo común de ambas y ser fiel a sus principios de una forma muy curiosa y que a mi, en cierto modo, me admira. Igual ves a la madre leyendo el corán que a la hija rezando el rosario.Y es que al fin y al cabo, como ella me decía, compartimos dios, Abraham y otros profetas, apenas empezamos a diferenciarnos a partir de Jesús, y también para ellos es una figura respetable, aunque lo consideran profeta en vez de hijo de Dios…. Hasta compartimos el dogma de la virginidad de Maria, pero sin paloma. Y es que como decía Bart Simpson: «las tres tonterías que nos separan no son nada comparadas con las mil idioteces que nos unen».
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La otra cosa que me ha traido a reflexionar sobre cuestiones de fe y de religiones, son las declaraciones que últimamente ha realizado el Vaticano.
Desde la promesa del Papa de llevar ante la justicia a los sacerdotes abusivos hace apenas dos semanas, publicando por primera vez por escrito pautas para que los obispos reporten los casos de abuso a la policía según las leyes civiles de cada país, a las duras palabras del Vaticano este pasado fin de semana contra el fundador de los Legionarios de Cristo. Unas décadas tarde… pero algo es algo.
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Tengo la sensación de que estamos viviendo un cambio drástico en la política del Vaticano en cuanto al tema de los abusos a menores, y que se prepara un virage hacia la «tolerancia cero». Parece que Benedicto XVI ha decidido desinfectar con salfumán los patios de su casa. ¿Remordimientos? ¿Espíritu cristiano? ¿Sincera preocupación por las víctimas? ¿Lavado de imagen exprés? Me da igual, el caso es que lo hagan.  A ver si es verdad.
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(Y si eso, que luego sigan lavandose con otros temas: la figura de la mujer, la experiencia de la sexualidad,…)
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13 abril, 2010

El secreter

 

 

Ocurrió que en el desván de mi abuela se hizo limpieza de enseres. Fue triste perder los baules llenos de novelas de Corín Tellado y trajes antiguos, pero lo peor fue la ausencia del secreter de los mil cajones, con sus escondites y dobles fondos, en los que yo guardaba mis sueños cada verano.

Pasé años preguntándome por él, sin saber si habría ido a parar a manos de algún familiar o si habría acabado hecho astillas en cualquier basurero. Supongo que no fui tan discreta como yo creía en mis indagaciones, porque un buen día una prima llamó a mi puerta y me entregó, así como quien no quiere la cosa, la silla de mimbre de la “abuela vieja”.  Guardé el mueble, con los recuerdos de la bisabuela, mujer diminuta y discreta, y un cierto olor a la hierba buena que aquella misma prima solía llevarle cada día. Ese fue el pistoletazo de partida. A partir de entonces una lenta invasión de trastos desparejados fue tomando posesión de mi casa. Nadie hablaba de las cosas que me traían, parecía haber un pacto de secretismo tácito en la familia con este tema. Y en igual silencio a veces miraban con deseo alguno de los trastos y esperaban que yo se lo regalara discretamente. 

No sé cómo, me convertí en la guardiana de este trasiego de añoranzas familiares en forma de muebles. Nadie trajo nunca mi secreter… pero no pierdo la esperanza.  

 

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