Ahora que la Ley SINDE nos va a dejar sin tardes de cine gratuito con mantita en el sofá y palomitas de microondas, apetece re-re-reflexionar sobre estas cosas de los derechos de autor, el canon, la SGAE y los idiotas supremos que pululan en todas las filas, en este caso en las filas de los autores:
“Demuestren que están a favor de los derechos.. De los derechos de los niños con Sida en África a tener medicación a su alcance.”
Alejandro Sanz – Twitter
Sería una frase estupenda… Si no fuera porque en realidad compara el derecho a la atención médica de los niños enfermos de SIDA en Africa con los derechos de autor. Que dicho sea de paso… tenía yo entendido que uno de los más graves problemas para que los países pobres puedan acceder a medicación es precisamente que no pueden pagar las patentes de las industrias farmacéuticas. Que vendría a ser, precisamente, que se quedan sin medicinas porque las protegen los derechos de autor. ¿No?
Tras estos comentarios y la respuesta previsible de los internautas, Alejandro se desfoga con una carta en la que nos llama (voy a incluirme aunque yo no le haya dicho nada, que identificada en cierto modo si me siento) talibanes, cagones, fascistas y otras cuantas lindezas. Unas en el twitter, que es una cosa que a este hombre por lo visto le gusta mucho, y otras en la carta. No recuerdo cual en donde, pero os la podéis leer… aunque no vais a encontrar nada que no hayáis leido antes en su boca o en la de otros (ays… Ramoncín… te quitaron el puesto de superdefensor de lo indefendible y paladin de la aborrecida SGAE…)
Sobre estas cosas no es la primera vez que opino, pero como es un tema recurrente pues recurrentemente opinaremos.
Para empezar, me parece muy curioso que los partidos sean incapaces de ponerse de acuerdo a favor de los grandes pactos por el empleo, la educación, las pensiones… esas cosas de pequeño calado que tan poco interesan para el auténtico progreso y bienestar general de la nación y sus ciudadanos, ya sabéis… y en cambio hayan sido capaces de superar sus diferencias y consensuar en cosa de un mes un acuerdo que permita llevar adelante una ley que el Congreso había rechazado. En beneficio no de la cultura, si no de la Industria de la cultura.
No es que me parezca que esta industria no tiene derecho a ser protegida, claro que si. Y entiendo que el trasiego de material gratuito debe causar graves perjuicios y poner en peligro puestos de trabajo. Pero hay muchas cosas sobre cómo y qué proteger no me cuadran:
– No me cuadra que alguien tenga que cobrar eternamente por el trabajo que realizó en un determinado momento. “Los creadores” para cobrar mes a mes deberían crear mes a mes y, lo siento, pero es así, crear material que alguien desee adquirir. ¿Suena consumista? Bueno, es que realmente hablamos de INDUSTRIA, de la protección de productos de mercado, no de arte en general. No creo que Alejandro Sanz, Ramoncín y el resto de la ralea representen precisamente al artista no comercial, ni creo que esta ley tenga mucho que ver con la creación como concepto general. De hecho me da la sensación de que no tiene nada que ver con creaciones que no estén dentro del circuito de mercado. Si quieren cobrar, que curren, que saquen discos, que hagan conciertos y giras… Y que se hagan a la idea de que cuando dejen de hacerlo, dejarán de cobrar, como todo Dios. Sería lo justo. Ah, y que aunque todos estamos deacuerdo en que todo trabajador tiene “derecho a un sueldo digno por el trabajo propio”, eso no tiene nada que ver con el derecho a hacerse millonario al primer disco y poseer supermansiones y megapatrimonios por el trabajo realizado durante un par de añitos y va que chuta. Eso no tiene nada que ver con “el sueldo digno que se merece todo trabajador”. Si queremos reclamar justicia, igual conviene recordar que lo justo es que el trabajo te de para vivir, si te va bien para vivir bien, si te va muy muy bien para juntar algo de patrimonio… pero eso de exigir derechos del trabajador y acumular superfortunas expres no casan. Estos rojos de papel maché… dando lecciones de derechos del proletariado con el Ché en la camiseta de Dolce Gabbana.
– No me cuadra que uno tenga que pagar veinte veces un canon “por si copia”. ¿Qué pasó con el derecho a la presunción de inocencia? Eso es como multarnos a todos por si algún día aprovechamos las posibilidades de nuestro coche para transgredir los límites de velocidad. Resulta que pagamos canon en el pc, en la conexión a internet, en los cd’s originales, en los vírgenes, en las memorias extraibles,… Pagamos veintemil veces un canon “por si grabamos”, pero a pesar de eso sigue siendo ilegal grabar. Al menos, si ya hemos pagado la compensación, que deje de ser ilegal. ¡Que lo hemos comprado con creces!
– No me cuadra que tengamos que poner leyes, jueces, fuerzas del orden y todos nuestros recursos al servicio de un INDUSTRIA particular que se aferra a sistemas de producción y comercialización obsoletos y no mueve un dedo por actualizarse. El problema no es que la gente haya dejado de ir al cine porque se descarga las películas. La gente va hoy más al cine que cuando yo era pequeña, cuando eso era algo que se hacía de forma excepcional y casi anecdótica. Igual que comprar un disco, ¿de verdad creen que antes nos comprabamos los discos a tutiplen, todos los que salían? Pero claro, ahora hay muchos triunfitos a los que alimentar y muchas más salas y películas, y parecen pretender que tenemos la obligación de ir al cine todos los fines de semana para mantenerlos. ¡Como si fuera barata la cosa! Me parece bien que cobren por el material que producen… En serio, yo estaría dispuesta a pagar por consumir lo que descargo en otras condiciones… ¿y si ingenian formas de comercialización de ese material que no supongan coger el coche y gastarnos cerca de 40 euros para ver una peli con palomitas? No sé… ¿qué tal si me ofrecen servicios de descarga oficiales a precios razonables, para que pueda ver la peli en el salón de mi casa con mis palomitas de microondas y la cocacola de mi frigo? Ya me encargaré yo de seleccionar en qué caso excepcional decido gastarme el pastón de las entradas y disfrutar de la pantalla grande y demás accesorios, que también me gusta, no crean que no, que si no voy no es porque no quiera…
De todas formas… Me apuesto lo que queráis que los internautas seguirán intercambiando sin afán de lucro todo lo que puedan a través de programas de intercambio P2P, aunque quiten los portales. Es como pretender ponerle puertas al campo. Ganarán más ofreciendo alternativas de comercialización (al menos algo venderán) que empeñándose en evitar lo inevitable.
– NO ME CUADRA que cobren SGAE a las BIBLIOTECAS (indignante), ni a las peluquerias (ridículo. A mi padre quisieron cobrarle por tener la radio encendida en la tienda, ¡y vende muebles! Echó al tipo a patadas y nunca más se supo del tema), ni a las obras de teatro escolares (vergonzoso), NI ME CUADRA QUE EN FUENTEOVEJUNA LOS VECINOS TENGAN QUE PAGAR POR REPRESENTAR “FUENTEOVEJUNA” (es subrealista)… No me cuadra que alguien pueda defender que estas acciones tienen algo que ver con proteger la cultura sin que se le caiga la cara de vergüenza. No me cuadra que en defensa de la cultura (de verdad) la SINDE no legisle supuestos de excepción al canon de la SGAE que recojan este tipo de actividades.
En fin… Que al final me he enrollado mucho para acabar diciendo lo mismo de siempre. Ya puestos, podría haber suscrito la carta de Lucas Sanchez en su blog Sonicando, que viene a ser otra de las cienes y cienes de respuestas que suelen salir cada dos por tres en respuesta abierta a alguna “carta abierta” del famosito de turno, pero esta vez desde el punto de vista de un investigador científico. Y así de paso, si os gusta la ciencia, pues ya tenéis otra dirección que visitar de vez en cuando.
Y aquí hay un video chulo que no sé importar, sobre la diferencia entre robar y copiar.