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Ayer tuve un subidón repentino con noventaitantas visitas de más de lo habitual, y pensé yo al verlo esta mañana: será que como era el aniversario del nacimiento de Miguel Hernández, poeta con silla propia en este blog, pues habrá venido mucha gente buscando cosillas suyas…
Pues no, es que aparecieron por aquí 45 visitantes al aroma de la entrada aquella de la concejala Olvido Hormigos. Seguro que buscaban el vídeo porno y se fueron muy defraudados. Cochinos… ¬¬
Ayer no estuve en casa y hoy no tengo mucho tiempo, toca limpiar la cueva de arriba a abajo. Pero para Miguel Hernández, aquel poeta que sólo quería un rebaño de cabras y que le dejaran escribir, siempre hay un momentito. No podremos pasear por Orihuela ni leer a la sombra de la higuera en su casa familiar, como aquel día que me regaló el medio limón hace un par de años, (cuando una aún curraba y todo). El poeta del hambre, tantas veces cantado por Serrat…
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En fin, una vez colado así como quien no quiere la cosa un buen repertorio de repasos miguelhernandianos por mi blog, os propongo una nueva perspectiva para homenajearle: Miguel Hernández en lengua de signos española. Que no soy sólo yo la que tiene cierta obsesión con este autor, más de moda hoy en día si cabe, a raíz de los tiempos que estamos viviendo y que vuelven a devolvermos la inquietud de la falta de pan, la desigualdad y la injusticia social.
Ya hace unos añitos la CNSE (Confederación Nacional de Sordos de España, para quienes no vengáis del mundo ilse) le dedicó una web para él solito, con poemas, ejercicios educativos, glosario…:
http://www.fundacioncnse.org/miguelhernandez/index.html
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El problema es que no puedo pegar los videos… lo cual es una pena tremenda. Y aunque recuerdo haber visto hace tiempo unos vídeos de niños de un colegio declamando en lengua de signos poemas de Miguel Hernández, ahora no soy capaz de encontrarlos tampoco.
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Pero en compensación, aquí dejo un rap de NACH homenaje a Miguel Hernández, «Hoy converso con Miguel» Que no tiene nada que ver… pero también mola.
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Que como el sol sea mi verso,
más grande y dulce cuanto más viejo…
Que mi voz suba a los montes y baje a la tierra y truene
eso pide mi garganta desde ahora y desde siempre.
Aquí estoy para vivir mientras el alma me suene
y aquí estoy para morir cuando la hora me llegue.
Y si me muero, que muera con la cabeza muy alta,
muerto y veinte veces muerto, la boca contra la grama.
Cantando espero a la muerte, que hay ruiseñores que cantan
encima de los fusiles y en medio de las batallas.
No, no hay carcel para el hombre, no podran atarme, no,
este mundo de cadenas me és pequeño y exterior,
¿quien encierra una sonrisa?, ¿quien amuralla una voz?
A lo lejos tu más sola que la muerte, la una y yo.
A lo lejos tu sintiendo en tus brazos mi prisión,
en tus brazos donde late la libertad de los dos…
… libre soy, sienteme libre, libre soy, solo por amor.
[estribillo]
El se llama barro, aunque Miguel se llame,
sentado sobre los muertos el alma se relame
es su sino sangriento afilado hacia el papel
yo navego entre sus versos, hoy converso con Miguel.
Desperté de ser niño, nunca despiertes,
triste llevo la boca, riete siempre,
Siempre en la cuna, defiendo la risa pluma por pluma.
Músicas exasperadas, duras como botas, huellan
la faz de las esperanzas y de las entrañas tiernas.
Crepita el alma, la ira. El llanto relampaguea,
¿Para qué quiero la luz si tropiezo con las tinieblas?
Un carnívoro cuchillo, de ala dulce y homicida
sostiene un vuelo y un brillo alrededor de mi vida.
Rayo de metal crispado fulgentemente caido,
picotea mi costado y hace en él un triste nido.
Pero al fin podré vencerte, ave y rayo secular,
corazón, que de la muerte nadie ha de hacerme dudar.
Sigue, pues, sigue cuchillo, volando, hiriendo, algún día
se pondrá el tiempo amarillo sobre mi fotografía.
[estribillo]
El se llama barro, aunque Miguel se llame,
sentado sobre los muertos el alma se relame
es su sino sangriento afilado hacia el papel
yo navego entre sus versos, hoy converso con Miguel.
Vientos del pueblo le llevan hasta el último rincón,
es vecino de la muerte y le sobra el corazón.
Voz de campesino, su sangre es un camino cruel,
yo navego entre sus versos, hoy converso con Miguel.
Por las calles voy dejando algo que voy recogiendo,
pedazos de vida mía venidos desde muy lejos.
Como una fontana que, eterna en brotar persiste,
como un sendero me iré y no acabaré de irme.
Beso soy, sombra con sombra.
Beso, dolor con dolor.
Por haberme enamorado, corazón sin corazon.
De las cosas, del aliento sin sombra de la creación,
sed con agua en la distancia pero sed alrededor.
Lucho contra la sangre, me debato
contra tanto zarpazo y tanta vena.
Y cada cuerpo que tropiezo y trato,
es otro borbotón de sangre, otra cadena.
¿No cesara este rayo que me habita?
¿No cesará esta terca estalactita?
No quiero dormir-morir, no quiero morir durmiendo
en sagrada tierra estéril, yo quiero morir viviendo.
[estribillo]
El se llama barro, aunque Miguel se llame,
sentado sobre los muertos el alma se relame
es su sino sangriento afilado hacia el papel
yo navego entre sus versos, hoy converso con Miguel.
Vientos del pueblo le llevan hasta el último rincón,
es vecino de la muerte y le sobra el corazón.
Voz de campesino, su sangre es un camino cruel,
yo navego entre sus versos, hoy converso con Miguel.
El llegó con tres heridas…
La del amor…
La de la muerte…
La de la vida…
Hijo de la luz y de la sombra…
Miguel Hernández.