El derecho a una vivienda no es sólo un derecho constitucional, sino que también está recogido en la lista de derechos humanos, en su apartado de «derechos económicos, sociales, y culturales». Justo justo en el mismo apartado en el que se encuentra el derecho a la propiedad, un poquito más arriba.
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Está claro que así, mayoritariamente (algún comunista extremo habrá, aunque dudo que lea mi blog), los españoles no pretendemos en absoluto que se anule el derecho a la propiedad. Queremos tener nuestras cosas y que nos garanticen que son nuestras, y nos da escalofríos que pasen cosas como las de Chipre y que por las buenas alguien pueda quedarse con el dinero, la vivienda, o lo que sea de otro. Nuestro sistema, o lo que era, o lo que parecía que era, o lo que queda de él… se sustenta entre otras cosas sobre esa garantía. Pero hay un gran trecho entre garantizar un derecho y superponerlo a todos los demás convirtiendo otros tan imprescindibles y básicos como es el de la vivienda en meros objetos de comercialización y especulación, ajenos a cualquier protección.
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El derecho a la propiedad, incluso bajo las «drásticas» medidas adoptadas en Andalucía, sigue estando protegido. De hecho mucho más protegido que el derecho a la vivienda, o el derecho al trabajo, o el derecho a una sanidad y una educación públicas de calidad… Todo eso sí se toca, y no pasa nada, pero ¡ay amigo! si quieres tocar la ley hipotecaria o el derecho de los bancos a acumular viviendas vacías… Y es que está visto que hay derechos de primera y derechos de segunda, según quienes sean los principales beneficiarios de esos derechos. Igual que los niños de los políticos tienen derecho a que nadie grite desde la calle frente a su casa un ratito, mientras que los niños de los demás ciudadanos se joden y aguantan si tienen que soportar que la policía dé de hostias a sus vecinos para abrirse paso a la fuerza hasta su casa, tiren la puerta y les saquen a ellos y sus padres a rastras de la vivienda. Por lo visto los niños son más traumatizables cuando pertenecen a las castas privilegiadas, a los pobres no les afecta la violencia ni vivir bajo un puente.
Pero estabamos hablando de las viviendas, no de los escraches.
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En Andalucía, decíamos, no se expropia la propiedad, sólo su uso. Y sólo temporalmente. Y sólo porque estamos en un periodo de emergencia social insostenible. Claro que cuando hay políticos que dicen que España es de los países que mejor va de Europa, se entiende que no vean la emergencia.
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Y sólo afectaría a determinados propietarios, entre otros esos bancos que se han salvado con NUESTRO dinero, que pese a ser NUESTRO el dinero el inyectado no revierte en beneficio común mediante flujo de crédito, que no negocian salvo que les obliguen, que no pagan ivi, que adeudan los gastos de comunidad de esos pisos que arrebatan a las familias sin negociación para acumular vacíos y en desuso,… Esos mismos bancos que tasaron nuestros pisos muy por encima de su precio real con SUS tasadores (que no podías llevar tú el tuyo y que lo tasara en un precio más justo para pedir menos crédito, ¿eh? era obligatorio que fuera el suyo) y que ahora que vienen mal dadas, lejos de asumir su responsabilidad en esta crisis y colaborar para salir de ella, dejan todo el peso de la tragedia en los hombros de los ciudadanos.
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Y en todo caso, para que no digan que todo esto es populismo y esas cosas que se dicen siempre que se habla de soluciones para los de abajo (qué casualidad, que todas las propuestas que tiendan a apoyar a los de abajo y jodan a los de arriba sean mero populismo, oye), eso de que la «expropiación» del uso de viviendas vacías sea una medida drástica… tampoco está tan claro.
Si los gobiernos españoles hubieran cumplido sus deberes y hubieran tomado medidas que protegieran el derecho a la vivienda, sancionando la acumulación especulativa de las mismas como en otros países europeos que de comunistas no tienen nada, igual no teníamos ahora que expropiar nada…
En Francia poseer viviendas vacías se pena con impuestos. En algunas ciudades la tasa es el primer año 10%, el segundo 12,5% y a partir del tercero del 15%
En Dinamarca desde hace mñas de 50 años se multa a quien tenga una vivienda vacía más de 6 semanas.
En Holanda se permite ocupar una vivienda si lleva más de un año desocupada.
En Suecia se derriban las viviendas vacías.
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En España en cambio se ha hecho cuanto ha sido posible para proteger «el derecho a imponer» clausulas abusivas y salvajes que sólo beneficiaban a la banca, en vez de proteger al ciudadano como consumidor. Se ha permitido el aumento desproporcionado y exponencial durante años de las tasaciones a costa del bolsillo del ciudadano. Se ha ignorado por completo cualquier medida para proteger el derecho del ciudadano a acceder a una vivienda digna, anteponiendo el derecho ilimitado de los especuladores a invertir, acumular y ganar salvajadas con el ladrillo con las mejores garantías.
Así nos va.
Y ahora, si alguien propone medidas que no deberían ser más que algo habitual en cualquier estado democrático, al menos en esta Europa que pretendía ser adalid de los derechos humanos y el bienestar social, resulta que somos comunistas, stalinistas y cosas parecidas…
No, señores.
Tomar medidas para que la responsabilidad y el esfuerzo sea compartido por todos y para proteger al ciudadano frente a la especulación, como las que tienen en otros países vecinos desde hace mucho tiempo sin tanto drama, no sería tirar al socialismo extremo; sería simplemente quedarse en un moderado punto de justa normalidad.
Lo que pasa es que aquí la normalidad se ha perdido hace mucho, los que llevan las riendas se pasaron veinte pueblos tirando de ellas y ahora prefieren asfixiarnos a las mulas antes de aflojar un poco.